Alimentario
Desinfestación y desinfección orgánicas
Las plagas de insectos, hongos, levaduras e infestaciones patógenas son un grave problema en el almacenamiento, tratamiento y comercialización de productos agrícolas tales como frutos secos, cereales, granos, legumbres, semillas, etc. Normalmente, los fumigantes químicos se usan para controlar las plagas y bacterias posteriores a la cosecha pero las cuestiones relativas a los reglamentos, las preocupaciones medioambientales, los posibles riesgos para la salud, una reducción en la aceptación por parte de los consumidores y el aumento de productos orgánicos en el mercado han presionado a la industria para aplicar alternativas de tratamientos que no sean químicos, incluidos los métodos de tratamiento térmico.
Las técnicas térmicas tradicionales son simples y fáciles de controlar; sin embargo, son intrínsecamente lentas y ya se sabe que un calentamiento prolongado puede ser perjudicial para la calidad de los alimentos. En cambio, los métodos de calentamiento directo por ondas electromagnéticas permiten un calentamiento rápido y uniforme de varios sustratos. Recientemente, un estudio específico ha confirmado la viabilidad de la tecnología de radiofrecuencia en este campo de aplicación.
Beneficios
Tratamiento rápido y efectivo
El proceso es de 3 a 10 veces más rápido en comparación con los tratamientos térmicos convencionales: Son suficientes 3-5 minutos para aumentar la temperatura ambiente hasta 55-65°C (para la desinfestación) y 7-10 minutos hasta 80-100°C (para la desinfección). Uno o dos minutos de tiempo de retención de la temperatura son suficientes para garantizar el 100 % de eliminación incluso de la mayoría de especies de plagas resistentes al calor en todas sus fases de desarrollo o para alcanzar una reducción logarítmica de 2 a 3 dentro del producto.
Proceso orgánico sin químicos
Las propiedades físicas, químicas, sensoriales y nutritivas se conservan de la mejor forma posible durante el tratamiento térmico leve, mientras que, por otro lado, se puede obtener un producto saludable y seguro sin el uso de fumigantes, una atmósfera anóxica u otros tratamientos químicos.
Tecnología con eficiencia energética y respetuosa con el medio ambiente
Se necesitan aprox. 25 kWh para desinfectar alrededor de 1 tonelada de producto (aproximadamente el doble para proceso de desinfección minucioso), que se traduce en un gasto de 2-4 euros/tonelada, un aspecto competitivo con las tecnologías convencionales.
